“La cosa se puede poner fea”.
Eran las 22.16 de la noche del viernes y esta frase era repetida casi textual por altos mando de Carabineros y en el Ministerio del Interior. Ya habían pasado casi cinco horas de un atentado en la comuna de Carahue, en La Región de La Araucanía, que había dejado a persona fallecida y que se sospechaba podía ser el hijo de Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Ernesto Llaitul Pezoa (26). Nada estaba confirmado y nadie quería dar un paso en falso.
El primero en entregar esta identidad públicamente fue el werken Mijael Carbone Queipul, quien a través de un video en redes sociales dijo que “nos hemos acabado de enterar de la lamentable caída de nuestro hermano en combate Ernesto Llaitul, hijo de Héctor Llaitul”. El líder de la Alianza Territorial Mapuche sostuvo que el joven de 26 años “cayó en combate”.
A pesar de que parlamentarios, los candidatos presidenciales Gabriel Boric (CS) y Daniel Jadue (PC), y otras autoridades mapuches, daban por hecho que el fallecido era el hijo de Llaitul, en el gobierno y la policía preferían guardar silencio. Carabineros, por su parte, una vez que dispararon al joven y vieron que estaba muerto, no tocaron más, ni menos le sacaron la capucha.
La Fiscalía Regional de La Araucanía quedó a cargo del procedimiento y el reconocimiento del cuerpo, por lo que se dispuso la concurrencia de la PDI para corroborar quién era el fallecido. Por lo mismo, se solicitaron peritos para el registro de las huellas dactilares del joven encapuchado que tenía un disparo en la cabeza.
Pero, antes de despejar quién era la persona muerta, los investigadores comenzaron a reconstruir qué había pasado. Los hechos recopilados por el Ministerio Público, la PDI y Carabineros coinciden en que a las 17:50 de la tarde siete personas encapuchadas llegaron hasta el fundo santa Coy Coy, en Carahue, premunidos de armas largas.
El grupo asaltó a personal de la forestal que estaba cumpliendo faenas en el lugar, y que eran escoltados por dos carabineros que estaban de punto fijo en el lugar. Los policías cumplían una orden de la Fiscalía de “medida de protección”, desde mayo, dado que este año se había registrado otro atentado en ese predio.
Pues bien, cuando llegaron los encapuchados, según los antecedentes del caso, los carabineros de punto fijo se comunican por radio con otros dos carabineros que los relevarían para el siguiente turno. Estos, como ya iban en camino, estaban muy cerca del lugar, por lo que llegaron en cosa de minutos en medio de un enfrentamiento cruzado.

Es en eso, dicen fuentes consultadas del Ministerio Público y Carabineros, que uno de los carabineros que venía a relevar abre fuego e impacta en la cabeza a uno de los encapuchados. El resto de los asaltantes se dio a la fuga y escapó hacia un terreno boscoso. En tanto, a metros del lugar, Ceferino Alberto González Maraboli, trabajador forestal, estaba gravemente herido y tres maquinarias habían sido incendiadas.
González permanece internado en el Hospital Reginal de Temuco, conectado a un respirador artificial y en riesgo vital.

Las dudas sobre la identidad
Mientras los peritos de la PDI avanzaban para confirmar quién era el fallecido, el Ministerio Público inició la ronda de declaraciones con los cuatro carabineros involucrados en el caso. Estuvieron casi toda la noche prestando su testimonio y finalmente quedaron apercibidos al artículo 26 del Código Penal, es decir, citados ante futuros requerimiento del ente persecutor.
Sin embargo, en la Fiscalía, por ahora, prefieren esperar al avance de la investigación, por lo que no es definitivo si los policías serán o no formalizados en un futuro. “Se indaga no solo el atentado sino que también el fallecimiento de quien sería uno de los presuntos atacantes y el estado de gravedad de uno de los trabajadores lesionados”, dijo el fiscal Miguel Rojas.
FUENTE | La Tercera